
¿Las disputas, las peleas tienen algo bueno, algo interesante?
Pues lo verdaderamente maravilloso de las peleas es el final, la reconciliación.
Es probable que tengas cambio de pareceres, que no te pongas de acuerdo en todo con todos.
A veces, incluso esa situación nos deja un mal ambiente en el corazón, en la mente.
Pues bien, esa sensación se revierte y se convierte en una paz mayor cuando viene la reconciliación.
Si tienes algo contra alguien, quizás alguna de las personas la puedes encontrar hoy, o en estos días. Estate atento-a para que puedas reconciliar con él-ella.
Reconcíliate con Dios, contigo mismo, con los demás. No dejes que el rencor anide en tu corazón, porque este es un cáncer que te destruye.
Día de reconciliación y paz. Hasta mañana.
SALMO 130-129
Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.
Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.
Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.
Siempre en el momento exacto… Gracias por compartir