¿Has visto alguna vez un rostro brillante?
Es impresionante el rostro de una persona de luz, con luz. Pasa haciendo el bien, deja a su alrededor una aureola de color, de paz, de amor….,
Esto era lo que parecía que dejaba san Esteban el primer mártir de los seguidores de Jesús, cuya fiesta celebramos hoy, justo al día siguiente de la Navidad.
Todavía con la miel en los labios por celebrar el nacimiento de la Vida, recuerda ser hoy ese rostro que refleja el Amor de Dios en la tierra.
Al menos hoy irradia luz y color a tu alrededor. Que los que se acerquen se vayan con una sonrisa de tu rostro, con una mirada amable de tus ojos.
Sé reflejo de la Luz, del Amor de Dios, cada día de tu vida.
Buena jornada de Color y Luz para ti y los tuyos. Hasta mañana.
Salmo 31(30),3cd-4.6.8ab.16bc.17.
Sé para mí una roca protectora,
un baluarte donde me encuentre a salvo,
porque tú eres mi Roca y mi baluarte:
por tu Nombre, guíame y condúceme.
Yo pongo mi vida en tus manos:
tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.
¡Tu amor será mi gozo y mi alegría!
Cuando tú viste mi aflicción
Líbrame del poder de mis enemigos
y de aquellos que me persiguen.
Que brille tu rostro sobre tu servidor,
sálvame por tu misericordia.