Según el salmo, el primero del salterio, de hoy existen dos formas de proceder.
Una la del malvado que es arrogante que se mofa de los demás y parece que triunfa, reuniéndose con los similares para aniquilar al justo.
Por otro lado están los justos. Estos darán fruto, serán bendecidos. Serán como árbol plantado al borde la acequia.
La vida de cada día, cada momento es una decisión, una elección por vivir entre los malvados o entre los justos.
El malvado se aleja de Dios. El justo por el contrario acepta a Dios en su interior.
Dos modos de ser que se van forjando cada día.
Hasta mañana, paz y bien.
Salmo 1
Dichoso quien no acude a la reunión de los malvados
ni se detiene en el camino de los pecadores
ni se sienta en la sesión de los arrogantes;
sino que su tarea es la ley del Señor
y susurra esa ley día y noche.
Será como un árbol plantado junto al río,
que da fruto a su tiempo,
su fronda no se marchita;
en todo lo que hace, prospera.
No sucede así con los malvados,
serán como paja que lleva el viento.
Por eso los malvados no se levantarán en el tribunal,
ni los pecadores en la asamblea de los justos.
Porque el Señor se ocupa del camino de los justos,
pero el camino de los malvados se disolverá.