Dice Jesús: “a cada día le basta su propio afán”.
Dice el Quohelet, del Antiguo Testamento: «Hay bajo el sol un momento para todo, y un tiempo para hacer cada cosa: Tiempo para nacer, y tiempo para morir; tiempo para plantar, y tiempo para arrancar lo plantado; tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para gemir y tiempo para bailar;..
No te agobies, si estás en tiempo de plantar, ya cosecharás; siembra con amor tu semilla.
Si estás en tiempo de cosechar, cosecha, con alegría; ya llegará de nuevo el tiempo de la siembra.
Cualquiera que sea tu situación, mírala desde este punto de vista, no dejes que se enturbien tus ojos para ver lo maravilloso de cada época de la vida, del año, del mes, de la semana…
Paz y Bien, mañana te espero para leer y rezar contigo otro de los Salmos.
SALMO 126-125
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas,
cosechan entre cantares.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
Hay tiempo para todos, debemos tener paciencia…