Foto Ruth Dacunda

Iasías profetiza que el Señor guiará a los ciegos por caminos que no conocen, devolverá la alegría a los corazones…., todo eso parece un sueño sacado de alguna novela para niños, pero es real. No está fingiendo, ni lo formula como deseo. Es una vivencia mística y real del profeta. Es real para el que vive inmerso en cada instante, en el encuentro con la Alegría y la Realidad.
Te propongo este decreto-mantra- jaculatoria: «Convertiré la tiniebla en luz«.
Bendiciones, hasta mañana.

CÁNTICO DE ISAÍAS (Is 42,10-16)

Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las costas y sus habitantes;

alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las costas.

El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.

«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba, aguantaba;
como parturienta, grito,
jadeo y resuello.

Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran;
ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano».

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