Te consulto, ante este maravilloso cántico tomado del libro de la Sabiduría, ¿has pedido algo a Dios? ¿Qué sueles requerirle? Y ahora, la segunda pregunta: ¿Alguna vez le has pedido sabiduría? ¿la sabiduría que procede de Dios?, la que el cántico llama, «la sabiduría asistente de tu trono». Pues puedes hacerlo hoy con este decreto- jaculatoria- mantra: «Señor, dame la sabiduría asistente de tu trono«.
Hasta mañana, bendiciones.
CÁNTICO DE LA SABIDURÍA (Sb 9,1-6.9-11)
Dios de los padres y Señor de misericordia,
que con tu palabra hiciste todas las cosas,
y en tu sabiduría formaste al hombre,
para que dominase sobre tus criaturas,
y para regir el mundo con santidad y justicia,
y para administrar justicia con rectitud de corazón.
Dame la sabiduría asistente de tu trono
y no me excluyas del número de tus siervos,
porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,
hombre débil y de pocos años,
demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes.
Pues, aunque uno sea perfecto
entre los hijos de los hombres,
sin la sabiduría, que procede de ti,
será estimado en nada.
Contigo está la sabiduría, conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo,
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos.
Mándala desde tus santos cielos,
y de tu trono de gloria envíala,
para que me asista en mis trabajos
y venga yo a saber lo que te es grato.
Porque ella conoce y entiende todas las cosas,
y me guiará prudentemente en mis obras,
y me guardará en su esplendor.