Imagen de Ruth Dacunda

En este canto precioso atribuido a María la madre de Jesús, ella expresa en una primera parte sus sentimientos más íntimos en su relación con Dios: «Mi alma… Mi espíritu… Mi Salvador… Me felicitarán… Ha hecho obras grandes por mí…». La gracia divina, ha penetrado con intensidad en el corazón y en la vida de María, convirtiéndola en la madre del Mesías.
Su canto es oración,  alabanza, acción de gracias, alegría…
La segunda parte tiene siete verbos, que indican otras tantas acciones de Dios, que actúa de modo permanente en la historia: «Hace proezas…; dispersa a los soberbios…; derriba del trono a los poderosos…; enaltece a los humildes…; a los hambrientos los colma de bienes…; a los ricos los despide vacíos…; auxilia a Israel»…, en fin un cántico lleno de enseñanzas.
Mantra- Jaculatoria- Decreto: Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Paz y bien, bendiciones.

CÁNTICO DE LA VIRGEN MARÍA: «Magníficat» (Lc 1, 46-55)

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. 

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