Aunque es verdad que el cántico que pone rubrica a la vida de Tobías insiste en Jerusalén como la ciudad de la paz y la misericordia, en el fondo late un deseo de una Paz Universal, de una Misericordia que cubra la tierra, por eso dice, «una luz esplendente iluminará a todas las regiones de la tierra».
Allá por donde voy, hay cierta psicosis colectiva de que todo va mal, de que todo es crisis…, pues los seres humanos de buena voluntad vamos a unirnos y juntos hagamos este decreto- jaculatoria- mantra: «Que la Luz del Amor y la Paz ilumine todas las regiones de la tierra».
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Hasta mañana, bendiciones.
CÁNTICO DE TOBÍAS (Tb 13, 10-13. 15-17)
Que todos alaben al Señor
y le den gracias en Jerusalén.
Jerusalén, ciudad santa,
él te castigó por las obras de tus hijos,
pero volverá a apiadarse del pueblo justo.
Da gracias al Señor como es debido
y bendice al Rey de los siglos,
para que su templo
sea reconstruido con júbilo,
para que él alegre en ti
a todos los desterrados,
y ame en ti a todos los desgraciados,
por los siglos de los siglos.
Una luz esplendente iluminará
a todas las regiones de la tierra.
Vendrán a ti de lejos muchos pueblos,
y los habitantes del confín de la tierra
vendrán a visitar al Señor, tu Dios,
con ofrendas para el rey del cielo.
Generaciones sin fin
cantarán vítores en tu recinto,
y el nombre de la elegida
durará para siempre.
Saldrás entonces con júbilo
al encuentro del pueblo justo,
porque todos se reunirán
para bendecir al Señor del mundo.
Dichosos los que te aman,
dichosos los que te desean la paz.
Bendice, alma mía, al Señor,
al rey soberano,
porque Jerusalén será reconstruida,
y allí, su templo para siempre.