Atardece en Santo Tomé Ctes, Argentina, imagen de Nelly Gómez

Con este esquema que te propongo, se pretende ofrecer un ritual profundo y respetuoso para despedir a una persona, acompañado por el Espíritu Santo y los ángeles de la Luz. Este proceso incluye oraciones y salmos que facilitan la conexión espiritual, fomentando el perdón y la gratitud. Al invocar a los ángeles de la guarda, se busca sanar las heridas emocionales y expresar agradecimiento por el tiempo compartido.

La recitación del Salmo 22, con su mensaje de guía y protección divina, brinda consuelo y reafirma la fe en la bondad y la presencia continua de Dios. La ceremonia concluye con oraciones de cierre que sellan la paz y la bendición para el alma de quien se despide, uniendo a todos en un acto final de fe y esperanza.

Despedida de un ser querido:

Sigue este esquema guiado por el Espíritu Santo y los ángeles de la Luz.

Introducción:

  • Realiza una oración: Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

Invocación:

  • Invoca a tu ángel de la guarda y al ángel de la guarda de la persona que despides.
  • Habla con esa persona a través de su ángel de la guarda.
  • Pide perdón si alguna vez le causaste daño, expresando lo que surja desde tu corazón.
  • Perdona a esa persona, si sientes que alguna vez te hizo daño.

Gratitud:

  • Agradece a Dios y a esa persona por el tiempo que compartieron, y por haberte elegido como (familiar, amigo, compañero de trabajo…).

Liberación:

  • Deja ir su cuerpo, sus cenizas…
  • Agradece a tu ángel de la guarda y al de la persona que despides, y concluye con una breve oración.

Puedes recitar este hermoso salmo pensando en esa persona:

Salmo 22

El Señor-Adonai es mi pastor,
nada me puede faltar.

Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.

Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.

Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor-Adonai,
por muy largo tiempo.

O si quieres este otro el Salmo 120,  haciendo click aquí.

Agradeces la compañía de tu ángel y del ángel de la guarda de ambos.

Oración: Padrenuestro Avemaría Gloria.

Termina diciendo Amén Amén Amén

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