Atardece en Santo Tomé Ctes, Argentina, imagen de Nelly Gómez

Despedida de un Ser Querido

Ritual Guiado por el Espíritu Santo y los Ángeles de la Luz

Introducción
Este ritual sagrado es un espacio para honrar la vida de tu ser querido, sanar el corazón y confiar su alma a la misericordia de Dios. A través de la oración, el diálogo con los ángeles y la gratitud, encontrarás paz y consuelo en este momento de despedida.


1. Preparando el Corazón

Comienza con las oraciones fundamentales para abrir el alma a la gracia divina:

  • Padrenuestro (para aceptar la voluntad de Dios como Padre amoroso).
  • Avemaría (para recibir el consuelo de María, Madre de la Misericordia).
  • Gloria (para invocar la presencia de la Santísima Trinidad).
    (Breve silencio).

2. Diálogo del Alma a través de los Ángeles

  • Invoca a tu ángel de la guarda y al ángel de la guarda de tu ser querido.
    «Ángeles de Luz, lleven mis palabras al corazón de [nombre], para que en la luz de Dios, nuestras almas encuentren paz.»
  • Habla con libertad:
      • Si hay algo que necesites disculpar, dilo con sinceridad, expresando lo que brote de tu corazón.
      • Si hay algo que debas pedir disculpas, exprésalo con humildad.
        (Pausa para dejar fluir las emociones).

3. Gratitud: Celebrando su Vida

  • Agradece a Dios:
    «Te doy gracias, Señor, por el regalo de [nombre], por los momentos compartidos: las risas, las lágrimas y el amor.»
  • Agradece a tu ser querido:
    «Gracias por haberme elegido como [tu rol: padre, hijo, amigo…], (Puedes ahora mencionar en tu mente, momentos concretos o cualidades que atesoras de esa persona).

4. Liberación: Entregándolo a la Luz

  • Visualiza su cuerpo o cenizas envueltos en una luz dorada, mientras dices en tu corazón:
    «Te entrego a Dios, con amor y paz. Que los ángeles de la Luz te lleven al hogar eterno, donde no hay dolor ni separación. Libre estás, y yo te dejo ir con bendición.»
  • Agradece a los ángeles:
    «Ángeles de la guarda, gracias por acompañarnos.»

5. Palabra de Consuelo: Salmo 22 (23)

  • «Aunque camine por valles oscuros, ningún mal temeré, porque Tú estás conmigo.»

Salmo 22

El Señor-Adonai es mi pastor,
nada me puede faltar.

Él me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,
por amor de su Nombre.

Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.

Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;
unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor-Adonai,
por muy largo tiempo.


Conclusión: Sellando la Paz

  • Oración final:
    Padrenuestro, Avemaría, Gloria.
  • Cierre:
    «Amén, amén, amén. Que así sea, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Paz a tu espíritu, [nombre]. Hasta que nos volvamos a encontrar en Dios.»

(Puedes hacer una señal de la cruz, soltar una flor o apagar la vela como gesto simbólico de despedida).

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