En una disertación usé este término: “Ecuanimidad Emocional”. Me parece un término interesante pero, como toda expresión puede prestarse a varias interpretaciones.

La “ecuanimidad” es un termino de moda hoy en día, debido al amplio eco que le da mindfulness y la segunda parte, lo de “emocional”, ¿quién no ha escuchado lo de la Inteligencia Emocional?
Pues bien, Rocío, atenta, tomó el reto que provocó el término en ella y envió la siguiente observación:
Uno de los objetivos del método de meditación Camino a lo Sagrado es lograr la “ecuanimidad emocional”, pero ¿no es un poco contraproducente intentar que las emociones no nos afecten? Digo, somos seres humanos y parte de nuestro ser está compuesto por emociones, y, por ende, la expresión de ellas, –tanto de las que tienen buena fama, como de las que no–, también son parte de nuestra humanidad, incluso Jesús sintió miedo…
Entonces le pregunté a Rocío: –¿En qué contexto se te ocurre esa cuestión?
Y ella responde:
La pregunta tiene que ver con el hecho de que las emociones, entiendo, son parte del ser humano, entonces se me ocurre pensar que, si son parte del ser humano, lograr la ecuanimidad, ¿no sería algo contraproducente para el ser humano, pretender que no nos afecten, que no nos dirijan?, y demás, porque las emociones están por algo en el ser humano. Tanto la alegría, la plenitud, como la ira, la angustia, etc, son emociones y lo componen (son parte del ser humano). Ya sea que se expresen o no, están dentro de nosotros. Como han dicho en seminarios anteriores, Jesús antes de ser crucificado, fue a orar al monte pidiendo a Dios porque tenía miedo, ¿no sé si me explico?
No sé si la ecuanimidad sea posible o no, no tengo tanto recorrido en el espíritu, por ende, no sé si es posible llegar a ese estado, pero sí tengo sentimientos y emociones y no todas las veces puedo ser ecuánime, para hacer el recorrido de la vida.
Sigue el feedback, vía online: – Rocío entonces el tema es, ¿es posible ser ecuánime o no emocionalmente? Y si no es posible, ¿cómo puede proponerse uno ser ecuánime emocionalmente?
La respuesta desde el otro lado del mar: –Es más bien, la primera pregunta, ¿se puede ser o no ecuánime emocionalmente?
Hasta aquí el diálogo. A partir de aquí se me ocurre pensar varias cosas pero vamos a resumirlas en dos:
Primero: Si no es posible alcanzar la Ecuanimidad Emocional, ¿merece la pena buscarla; porque nos llevaría a gastar energía en algo que no podemos lograr?
Segundo: Aunque no podamos alcanzarla, si lo intentamos, la cuestión podría ser, ¿en ese búsqueda, en ese esfuerzo, en esa lucha, –o como queramos llamarla– por alcanzarla, aunque no lleguemos a la meta, conseguimos algo positivo para nuestro desarrollo, para nuestra evolución como seres humanos?
Dicho de otra manera. Siguiendo por el Camino de la búsqueda de la Ecuanimidad Emocional ¿tenemos gratificaciones como humanos, aunque no sea imposible ser plenamente ecuánimes emocionalmente?
Dos hermanas preguntas para pensar, analizar, reflexionar. Uno de estos días seguimos.
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Creo que en esta oportunidad quien tiene que atar todos los globos soy yo. El tiempo y el recorrido en la vida, me darán una respuesta. Paz, bien y serenidad 🙏🏻👼🏻