Dalia roja y blanca en el jardín de la abuela, imagen de Paula González Meiriño

¡Qué tal amiga, qué tal amigo!, aquí en el hemisferio sur estamos en primavera; en el hemisferio norte está empezando el otoño

Primavera Verano Otoño Invierno.

Aquí se escuchan los cantos de los pájaros, empiezan a florecer flores que nadie plantó, nadie cuidó.

En la primavera ser humano pasa también por una serie de estadios semejantes: en la primavera hacia afuera necesita tiempo para salir, tiempo para comunicarse, tiempo para expresarse, tiempo para estar afuera de sí mismo.

Pero también necesita un tiempo, ­–como en el hemisferio norte que ofrece el clima de otoño e invierno­– para meterse hacia adentro: para pensar, para reflexionar, para analizar, –y el que tiene fe­– para orar, para rezar, para meditar.

Tiempo hacia fuera, tiempo hacia adentro.

Tenlo en cuenta: el que está siempre hacia fuera, siempre con una vida extrovertida y no quiere guardar silencio, no quiere entrar en su casa, no quiere entrar hacia adentro, tiene algún problema que quiere evitar, que quiere ocultar.

El que está siempre durmiendo, siempre metido, siempre cerrado, siempre aislado, puede que tenga una depresión encubierta.

Por lo menos piénsatelo durante estos días estos siete días: ¿cómo es mi vida hacia fuera?, ¿cuál es el tiempo que dedico hacia adentro?, ¿hay equilibrio entre los dos?

Recibe esta semilla y cosecha frutos abundantes en estos siete días.

Paz y bien nos vemos la próxima semana

Gumersindo Meiriño Fernández

Este es el vídeo desde Santo Tomé Corrientes Argentina,

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