Imagen de Wanda Schmocker desde la Ruta 40 Argentina

Cada noche para ir avanzando en tu autodescubrimiento, o autoconocimiento (recuerda lo importante que es conocerse a uno mismo) unos minutos de Pausa Mística. Ignacio de Loyola, el fundador de los jesuitas, decía que eran los quince minutos más importantes de la jornada.

Siguiendo a Ignacio de Loyola, que lo practicó en su vida y luego lo recomendó y fue util para millones de personas varias generaciones te propongo hacer esta Pausa Mística siguiendo una de sus oraciones.

Sería en cuatro puntos. No olvides que es una ardua tarea porque se trata de sacar a la luz «los trapos sucios» que tenemos escondidos, por verguenza, pudor o por cualquier otro motivo, inventando por el Ego.

La oración está en color gris; los pasos y comentarios que son aporte personal están en color azul

Señor, Tú me conoces mejor
de lo que yo me conozco a mí mismo.
Tu Espíritu empapa
todos los momentos de mi vida.

1- Presencia espiritual: Delante del  Espíritu Santo- de Jesús Maestro, del ángel. Para que la pauta espiritual sea de calado y auténtica este paso es bastante importante. Te puedes imaginar que estás delante de Jesús que te mira, escucha, sonríe. O invoca al Espíritu Santo ….

Gracias por tus dones y por tu amor
que derramas sobre mí.
Gracias por tu constante y suave invitación
a que te deje entrar en mi vida.

2- Dar Gracias: pasara lo que pasara, lo primero que nace de un Buen Corazón en la Pausa Mística es el Agradecimiento por todo lo que se te ocurra empezando por el día vivido.

Perdóname por las veces que he rehusado tu invitación, y me he encerrado lejos de tu amor.

3- Disculpas a tu espíritu- Ignacio de Loyola habla de perdón. También puedes usar la palabra Disculparte a Ti mismo. Porque tú eres el primero que sufres cuando no eres fiel a ti mismo, cuando no sigues los trazados de tu conciencia y tu corazón. Luego puedes pedir disculpas a los que tú quieras, pero primero a ti mismo, sin hacerte víctima.

Ayúdame a que en este día venidero
reconozca tu presencia en mi vida,
para que me abra a Ti.
Para que Tú obres en mí,
para tu mayor gloria. Amén.

4. Renovación, evolución, guiado por ese espíritu de transformación, acepto lo vivido y para mañana renuevo todo lo que me haya podido lastimar en lo más profundo.
Propuesta de renovación y mejora.

Llegados a este punto es conveniente AGRADECER a quién hayas invocado en el punto primero a JesúsCristo, al Espíritu Santo, a tu ángel de la Guarda a quién sea, reconociendo que él te ha acompañado y dado luz en estos minutos de Pausa Mística.

Gumersindo Meiriño Fernández

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