
Al decirles esto Jesús, sopló sobre ellos y añadió: «Recibid el Espíritu Santo».
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Seguimos con el mismo salmo y con la mente puesta todavía en el reflejo del Espíritu Santo en la Naturaleza que nos rodea… y con propuesta semejante: la contemplación, la mirada penetrante del ser humano puede descubrir en la Creación las maravillas que dejó impresas el Buen Dios.
La respuesta que el salmista propone es …»un poema agradable» … aquí te dejo el que nos envió una amiga, seguidora de los salmos, Nidia Faifer:
PEQUEÑO POEMA
Han caído las hojas el fresno.
Mil soles encienden el parque.
Esplendente parque de luz y color.
Serena
cae la tarde de abril.
Todo se adormece
en el planeta Tierra.
El árbol, las flores, el ave también.
En oculto silencio
crecerán en invierno
para despertar brotes/niños
Una mañana primaveral.
Primavera/Esperanza/renovación/.
Nidia Defaifer
abril 2020
Tú también puedes escribir, hoy, ese poema, en comunión con la Naturaleza …
Decreto- jaculatoria- mantra: Yo me alegraré con el Señor.
Escucha el salmo o léelo:
Salmo 103 C
¡Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría!;
la tierra está llena de tus creaturas.
Ahí está el mar: ancho y dilatado,
en él bullen, sin número,
animales pequeños y grandes;
lo surcan las naves, y el Leviatán
que modelaste para que retoce.
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo:
s la echas, y la atrapan;
abres tu manto y se sacian de bienes;
escondes tu rostro, y se espantan;
les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.
Gloria a Dios para siempre,
goce el Señor con sus obras.
Cuando él mira la tierra, ella tiembla;
cuanto toca los montes, humean.
Cantaré al Señor mientras viva,
tocaré para mi Dios mientras exista:
que le sea agradable mi poema,
y yo me alegraré con el Señor.
Que se acaben los pecadores en la tierra,
que los malvados no existan más,
¡Bendice, alma mía, al Señor!