
Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.». Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»
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Seguimos con este maravilloso salmo. Dios es abundancia y generosidad. Los hijos de Dios son abundancia y generosidad. Recuerda, los hijos de Dios, son generosos…
Mantra: «Todo lo hiciste con sabiduría«.
o también, «Envías tu aliento… y repueblas la faz de la tierra«.
Bendiciones, hasta mañana.
Escúchalo
Salmo 103 C
¡Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría!;
la tierra está llena de tus creaturas.
Ahí está el mar: ancho y dilatado,
en él bullen, sin número,
animales pequeños y grandes;
lo surcan las naves, y el Leviatán
que modelaste para que retoce.
Todos ellos aguardan
a que les eches comida a su tiempo:
se la echas, y la atrapan;
abres tu manto y se sacian de bienes;
escondes tu rostro, y se espantan;
les retiras el aliento, y expiran
y vuelven a ser polvo;
envías tu aliento, y los creas,
y repueblas la faz de la tierra.
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Gracias Rocío.
Sencillas palabras. Gran sabiduría. Hermosa fotografía. Saludos.