EN aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a los discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen.
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La religión cuando se reduce a la doctrina o a los dogmas corre el grave riesgo de convertirse en una estructura que lucha por mantenerse. La religión para que sea verdadera ha de ser vivida, experimentada personalmente.
Si eres cristiano has de tener un encuentro personal con Cristo.
Sino quieres quedarte con una religión vacía, dogmática…, has de tener ese vis a vis, ese encuentro real, con Dios, en la persona de Jesús, entonces, cantarás con instrumentos, pregonarás las maravillas de esta relación…, tal y como dice el salmo de hoy, por eso yo te propongo esta afirmación: «Hablad de sus maravillas».
Ahora bien, ¿Cómo vas a hablar de esas maravillas sino no las has experimentado en tus entrañas?
Hasta mañana. Feliz encuentro con Dios.
Salmo 104 A
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Cantadle al son de instrumentos,
hablad de sus maravillas;
gloriaos de su nombre santo,
que se alegren los que buscan al Señor.
Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahám,
del juramento hecho a Isaac,
confirmado como ley para Jacob,
como alianza eterna para Israel:
«A ti te daré el país cananeo,
como lote de vuestra heredad.»
Cuando eran unos pocos mortales,
contados, y forasteros en el país,
cuando erraban de pueblo en pueblo,
de un reino a otra nación,
a nadie permitió que los molestase,
y por ellos castigó a reyes:
«No toquéis a mis ungidos,
no hagáis mal a mis profetas.»
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