Imagen Paco Castro ofm, Alto do Cebreiro

Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu»
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Al día siguiente de la Navidad, es muy apropiado este canto de Acción de Gracias.
Es curioso que, justo al día siguiente de la Navidad, la liturgia de la iglesia católica presenta al primer mártir cristiano, Esteban, que murió apedreado, por ser seguidor de Jesús. Muerte y Vida: no son lejanas, son cercanas, muy cercanas…, las dos caras de la misma moneda (puedes leer su historia en el capítulo 6 y siguientes del libro de los Hechos de los Apóstoles).
La esperanza de la Vida de un Nuevo Nacimiento, sugiere, en seguida, lo corto de lo terreno y lo rápido que pasa la vida aquí en el planeta tierra.
No es para entristecerse sino para Reconocer que la Vida es Mucho más que lo que se ve y lo que se siente…
Decreto: Dad gracias al Señor porque es bueno.
Seguimos en Tiempo de Navidad.
Paz y Alegría, hasta mañana.
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Celebramos la vida, nació Jesús. Hoy celebramos a Esteban. Para conocer más haz clic aquí.

Salmo 106 A

Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.

Que lo confiesen los redimidos por el Señor,
los que él rescató de la mano del enemigo,
los que reunió de todos los países:
norte y sur, oriente y occidente.

Erraban por un desierto solitario,
no encontraban el camino de ciudad habitada;
pasaban hambre y sed,
se les iba agotando la vida;
pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.

Los guió por un camino derecho,
para que llegaran a ciudad habitada.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Calmó el ansia de los sedientos,
y a los hambrientos los colmó de bienes.

Yacían en oscuridad y tinieblas,
cautivos de hierros y miserias;
por haberse rebelado contra los mandamientos,
despreciando el plan del Altísimo.

Él humilló su corazón con trabajos,
sucumbían y nadie los socorría.
Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.

Los sacó de las sombrías tinieblas,
arrancó sus cadenas.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Destrozó las puertas de bronce,
quebró los cerrojos de hierro.

Estaban enfermos, por sus maldades,
por sus culpas eran afligidos;
aborrecían todos los manjares,
y ya tocaban las puertas de la muerte.
Pero gritaron al Señor en su angustia,
y los arrancó de la tribulación.

Envió su palabra, para curarlos,
para salvarlos de la perdición.
Den gracias al Señor por su misericordia,
por las maravillas que hace con los hombres.
Ofrézcanle sacrificios de alabanza,
y cuenten con entusiasmo sus acciones.

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