
Tarde o temprano, la sabiduría llenará el orbe y una de las consecuencias será la alabanza a Dios y a los demás.
Alabar te engrandece, criticar te empequeñece. Si no puedes alabar a alguien, mejor es callar. Paz y bien, bendiciones.
SALMO 117-116
Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
Pues grande es su amor con nosotros,
la fidelidad del Señor es eterna.
¡Aleluya!