En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.»
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El ser humano canta, cuando está alegre, organiza fiestas para celebrar los grandes acontecimientos de su existencia, los de su familia, los de su pueblo, los de sus amigos….
Canta y celebra el pueblo de Israel, en el Antiguo Testamento, porque Dios les ha acompañado a lo largo de los siglos y ha sido su guía y protector.
Pues bien, hoy es domingo, muchos descansan, pasan con su familia, dedican tiempo a sus actividades favoritas…
Cantar, celebrar, agradecer, disfrutar de la paz de un día sin horarios, festejar la vida es algo que alegra tu corazón y que has de hacer por lo menos una vez a la semana.
La recitación de este salmo te ayudará a hacerlo, porque lo han cantado, lo cantan y lo cantarán millones de personas con este mismo objetivo que tú, –y te puede servir como jaculatoria– «Dad gracias a Dios porque es bueno, porque es eterna su misericordia eterna«.
Canta y celebra, porque Dios guía e ilumina tus pasos, de forma semejante a como hizo con el pueblo de Israel en la antigüedad.
Feliz día de celebración. Hasta mañana. Bendiciones.
Escúchalo:
Hermosa la fiesta de hoy, Tomás apóstol, haz click aquí
También puedes empezar la novena a san Benito (fiesta el 11 de julio) haz click aquí.
Salmo 117 B
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Ésta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Este es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
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