
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de entre el gentío levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».
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Seguimos con otros ocho versos más (7+1) . Hermosa esta parte.
Hace un tiempo un compañero de estudios se acercó y me dijo: –Tengo que hablar contigo, tengo que contarte mis andanzas…
Tú, ¿a quién le cuentas tus andanzas? ¿Has probado alguna vez de poner tus andanzas delante de tu corazón y hablarlas con Dios personalmente? Pruébalo y luego me dices….
Otra alternativa es leer con atención esta petición, que puede ser también una jaculatoria: Aléjame del camino de la mentira.
Otra Jaculatoria: «Te conté mis andanzas y me respondiste«.
Bendiciones, hasta mañana.
Salmo 118 D (25-32)
D
Estoy abatido en el polvo:
reanímame según tu palabra.
Te conté mis andanzas y me respondiste:
Indícame el camino de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.
Mi cuerpo se encorva por la tristeza,
sostenme con tu palabra.
Aléjame del camino de la mentira
y dame la gracia de tu voluntad.
He escogido el camino de la lealtad,
he elegido tus mandamientos.
Me adhiero a tus preceptos, Señor,
no me defraudes.
Por el camino de tus mandatos correré
cuando me ensanches el corazón.
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