
En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Él se levantó y lo siguió.
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Continuamos con el salmo más largo y con otros 7+1 versículos.
De nuevo, maravillosa enseñanza.
Muéstrame, enséname, encamíname, inclina mi corazón…
Decreto: Reanímame en tu camino.
o también:
No dejes que mis ojos se fijen en la mentira
Paz y bien, bendiciones, pasa un feliz día.
Salmo 118 E
HEI
Muéstrame, Señor,
el camino de tus estatutos
y lo seguiré hasta el final.
Enséñame a cumplir tu voluntad
y a observarla de todo corazón.
Encamíname por la senda de tus mandatos,
porque en ella me deleito.
Inclina mi corazón hacia tus preceptos
y no a ganancias injustas.
No dejes que mis ojos se fijen en la mentira,
reanímame en tu camino.
Mantén a tu siervo la promesa
porque te reverencio de verdad.
Aleja el ultraje que me aterra;
pues tus mandamientos son buenos.
Mira cómo deseo tus decretos;
con tu justicia dame vida.
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