Ultreia et Suseia, en Camino de Santiago, hay que continuar, imagen de Anabela Santos

Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.»
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La Palabra de Dios según este Salmo (con sus 7+1 estrofas): es luz para los pasos del ser humano.
Hay palabras que oscurecen, hay otras que iluminan.
Podríamos llamarlas palabras oscuras a unas; palabras de Luz a las otras. Unas instruyen. Las otras confunden.
¿Qué escuchas? ¿A quién escuchas?
¿De qué hablas? ¿Con qué tono? ¿A quién hablas?
Con tus palabras enciende luces, o atraes oscuridades.
Afirmación Tu Palabra ilumina
Paz y Alegría. Hasta mañana

Salmo 118 M (99-106)

P

Tus preceptos son admirables:
por eso los guarda mi alma.

La explicación de tu palabra ilumina,
instruye a los ignorantes.

Jadeo con la boca abierta,
anhelando tus mandatos.

Vuélvete a mí con piedad,
como haces con quienes te aman.

Afirma mis pasos según tu promesa,
que no me domine maldad alguna.

Líbrame de la opresión de los hombres,
y guardaré tus decretos.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
y enséñame tus leyes.

Ríos de lágrimas vierten mis ojos
porque no se guarda tu ley.

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