En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
– «La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde
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¡Genial! Viene como anillo al dedo a algunas circunstancias de hoy y siempre. ¿Tú qué apuestas por la Paz o por la Guerra?
¿Apuestas por la Paz? Pues haz lo que pide el salmo, ¿tu lengua?, ¿tus pensamientos?, ¿tus labios?
¿¡Demasiado cerca de los que aman o de los que odian la PAZ?
El salmo habla de los ENEMIGOS DE LA PAZ, los peores son estos; lengua malvada, labio mentiroso, lengua embustera…
Dice el libro de los Proverbios: La riqueza que amasa la lengua embustera se esfuma como el humo y es una trampa mortal.
Jaculatoria: Yo, ¡cómo proclamo la PAZ!
Hasta mañana, bendiciones.
Escúchalo:
Salmo 119
En mi angustia clamé al Señor
y él me respondió.
Señor, líbrame del labio mentiroso,
de la lengua embustera.
¿Qué te dará y qué te añadirá,
lengua embustera?
–Flechas de arquero afiladas
y brasas de retama.
¡Ay de mí, emigrado cerca de Masac,
acampado junto a las tiendas de Cadar!
Habito demasiado cerca
de quien odia la paz.
Yo, ¡cómo proclamo la paz!
¡y ellos prefieren la guerra!
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Desde la India el Hno John Martin Sahajananda nos ofrece un Camino para la PAZ,