
Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad». Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha.
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En estos días ha llegado a mis oídos una antigua canción colombiana que dice más o menos así, “oye, abre los ojos, mira hacia arriba, disfruta las cosas buenas que tiene la vida…”
Solo el que es capaz de levantar los ojos hacia arriba, superar los cortos pasos de lo material para elevarse, puede encontrar el auxilio y el consuelo de una vida plena y feliz. Un buen consejo, levanta la vista con más frecuencia y verás con mayor claridad la esencia de la vida.
Jaculatoria: Levanto mis ojos
Escucha el salmo:
Salmo 120
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor-Adonai te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor-Adonai te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor-Adonai guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
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Hermoso como siempre Gumer! Gracias por habernos acercado los salmos a nuestras vidas!