Imagen de Daniel Reche en Pixabay

Jesús decía también a la multitud: «Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el poniente, dicen: “Va a llover”; y así sucede. Cuando sopla el viento del sur, dicen: “Va a hacer calor”; y así sucede. ¡Hipócritas! Si saben discernir el aspecto del cielo y de la tierra, ¿cómo es que no saben discernir el tiempo en que viven?»
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Dice el salmo de hoy. «A ti levanto mis ojos…,». Insiste en una idea que ya vimos hace dos días.
¿Hacia dónde levantas los ojos, cada día?  ¿A qué expones tu alma, tu espíritu, cada día? ¿Sin ir más lejos, hoy a qué vas a levantar la vista?
El salmista, con fe, levanta los ojos al Cielo de donde le vendrá el auxilio. ¿Los ojos, lo que ven, lo que miran, hacia dónde se dirigen…?, Los ojos dicen mucho de ti, en realidad, dicen casi todo de ti. Si alguna vez quieres conocer a alguien míralo a los ojos, si alguna vez quieres verte a ti mismo en lo profundo mírate en tus ojos… Quieres saber cómo eres fíjate qué miras ( en la tele, internet, películas…, por ejemplo), cómo miras a tu familia, tus compañeros etc.
Eso sí, esto no lo olvides nunca, ¡Dios te mira con amor!
Afirmación: A ti levanto mis ojos.
Hasta mañana feliz día. Bendiciones

Salmo 122

A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.

Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.

Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.

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