En el mundo del espíritu solo no se puede, solo no. Tampoco en la vida material pero si cabe es más claro en el de la mística.
Las batallas internas y externas que se nos plantean son demasiado para una persona que confía solo en sus fuerzas. Uno aprende a caminar en brazos del Creador del Cielo y la Tierra.
Jaculatoria- mantra- decreto: «Nuestro auxilio es el Nombre del Señor que hizo el Cielo y la tierra«.
Paz y bien, bendiciones.
Salmo 123
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
– que lo diga Israel -,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrán arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo cielo y la tierra.
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