Dijo Jesús a los apóstoles: «Amaos unos a otros como yo os he amado«.
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El amor, la amistad y la unidad son regalos maravillosos de la vida sin los que no puede pasar el ser humano si quiere ser pleno y feliz. La amistad verdadera trae paz, alegría y unidad.
La convivencia, la convivialidad, el respeto…, todo lo que lleva a la unidad, es el Camino.
¡Ah, y no esperes que empiecen los otros, empieza tú! ¿Te parece?
Decreto: «Qué paz y qué alegría, convivir los hermanos unidos«.
Salmo 132
Ved qué paz y qué alegría,
convivir los hermanos unidos.
Es ungüento precioso en la cabeza,
que va bajando por la barba,
que baja por la barba de Aarón,
hasta la franja de su ornamento.
Es rocío del Hermón, que va bajando
sobre el monte Sión.
Porque allí manda el Señor la bendición:
la vida para siempre.
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