
En aquel tiempo, le llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Y después de echar al demonio, el mudo habló. La gente decía admirada: «Nunca se ha visto en Israel cosa igual».
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El salmista nos dice en una situación de angustia, que está dispuesto a escuchar la palabra y recibir la gracia de Dios.
En situaciones de angustia nos unimos a los sentimientos de este salmo. Aún en esos momentos tan duros, el se siente atendido, Dios te escucha.
Fíjate lo que dice el salmo, puede ser tumantra de hoy:
“Señor, indícame el camino que he de seguir…”,
o también esta: “Señor, enséñame a cumplir tu voluntad…”
O también: «Tú conoces mis senderos«.
Feliz día, bendiciones.
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Salmo 141
A voz en grito clamo al Señor,
a voz en grito suplico al Señor;
desahogo ante él mis afanes,
expongo ante él mi angustia,
mientras me va faltando el aliento.
Pero tú conoces mis senderos,
y que en el camino por donde avanzo
me ha escondido una trampa.
Me vuelvo a la derecha y miro:
nadie me hace caso;
no tengo a donde huir,
nadie mira por mi vida.
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres mi refugio
y mi heredad en el país de la vida.»
Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis perseguidores,
que son más fuertes que yo.
Sácame de la prisión,
y daré gracias a tu nombre:
me rodearan los justos
cuando me devuelvan tu favor.
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