El ser humano pasa por momentos difíciles…, ¿y entonces qué hacer?
Dice el salmista, «extiendo mis manos hacia ti» o también, «levanto mi alma a ti«. Extiendo y levanto.
Hay muchas expresiones hermosas en el salmo de hoy.
Jaculatoria- Decreto- Mantra- Afirmación: «Por tu clemencia, sáname de la angustia«.
También: «En la mañana hazme escuchar tu gracia«.
O; «Enséñame a cumplir tu voluntad«.
Paz y bien. Hasta mañana.
Salmo 142
Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
Mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed ti como tierra reseca.
Escúchame enseguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sáname de la angustia.
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