Amanece en el río Paraná, Corrientes- Ar, imagen de Adriana Virgilio

«A continuación, el Espíritu Santo empujó a Jesús al desierto»
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Empezamos a meditar uno de los salmos de liberación más poderoso.
El que confía en Yhavé Dios, camina entre los distintos avatares de la existencia, con paso firme. Ni las olas ni los torrentes, ni las redes del abismo, ni los lazos de muerte…, ni los violentos temporales le hacen perder nunca la calma y la paz.
Afirmación : Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Hasta mañana Paz y Alegría.

Salmo 17 I

Yo te amo, (Adonai) Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.

Dios mío, mi escudo y peña en que me amparo,
mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.

Me cercaban olas mortales,
torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo,
me alcanzaban los lazos de la muerte.

En el peligro invoqué al Señor,
grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz
y mi grito llegó a sus oídos.

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One thought on “Salmo 17 I, mi fortaleza, veintiuno de enero

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