En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».
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«El sol con su resplandor, –y más en el amanecer– ha conquistado a los seres humanos de todas las culturas y razas. El Sol es también una buena referencia al que nos da la Vida, Dios. Cuando el Sol brilla en tu vida, hay alegría. No es extraño que los orientales tengan como uno de los rituales más frecuentes el llamado, saludo al sol, sūria namaskār
Con el Sol, con Dios empieza otro día de color, de luz…»contento a recorrer su camino«.
El cielo y el firmamento hablan del orden divino.
Jaculatoria-mantra de hoy: «Ha puesto su tienda al Sol».
Paz y bien, hasta mañana.
Escúchalo o léelo
Salmo 18 A
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona
la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe,
a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
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