Y el ángel le dijo a los pastores: esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
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Salmo real que nos trae a la memoria la escena en la que un hombre de poder mira a un preso que está a su lado atado, golpeado, humillado, despreciado… y le pregunta: «Entonces, ¿tú eres rey?» . El hombre con rostro ensangrentado, llamado Jesús, le responde: «Tú lo has dicho, yo soy rey, para eso he nacido, para ser rey«.
Observa, mira, analiza desde el Alma y verás que hay detrás de las cosas de la realidad aparente, porque, dice el salmo, «tú eres mi hijo«.
Decreto: Pídemelo, te daré en herencia las naciones.
Salmo 2
¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
«rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo».
El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«yo mismo he establecido a mi Rey
en Sión, mi monte santo».
Voy a proclamar el decreto del Señor;
El me ha dicho:
«Tú eres mi hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemelo:
te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza».
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando;
no sea que se irrite, y vayáis a la ruina,
porque se inflama de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en él!