
Me contaron lo siguiente:
Lo vi de cerca. Estaba bien vestido, era engreído y soberbio. Tenía un alto puesto, era hombre de poder, según me comentaron luego. Se abrió paso con autoridad y atropelló a un pequeño grupo de mujeres que estaba conversando. Una de ellas no se apartó.
La miró desafiante y le dijo: –Retírese.
Ella lo observó y contestó: —¿Por qué?, ¿está enfermo?, ¿tiene alguna urgencia?
De soslayo y entre dientes susurró: —¿Qué pasa, no sabe con quién está hablando?
Ella sin inmutarse respondió suavemente:—No sé su nombre, pero sí sé cómo se comporta: como un señor maleducado y grosero, y no veo el motivo por el cual me haya de apartar para que pase una persona groseras y maleducada, que no saben pedir permiso cuando pasan por delante de unas señoras.
El hombre se apartó y siguió su camino.
—¿No sabes quién es?, ¿cómo has hecho eso?— le comenta una de las amigas
Al poco rato regresa uno de los que acompañaban al “poderoso”, le da una tarjeta a la señora y le dice: –Mi jefe quiere hablar con usted, le gustaría recibirla en su despacho dentro de dos horas.
La mujer respondió: —Mire, no tengo interés en hablar con su jefe; dentro de dos horas estaré trabajando. Pero si él quiere hablar conmigo lo puedo atender al terminar mi horario de trabajo; si quiere venir en ese momento lo recibiré con gusto.
No te pongas de rodillas delante de ningún ser humano, no le temas a nadie, no te humilles ante nadie. Cualquier ser humano, por mucho poder que tenga, es de carne y hueso como tú.
“Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes”.
Me decía ayer una persona que había visto en televisión una entrevista a Ronald Reagan, –el que fue presidente de USA y que falleció del Alzheimer–, preguntándole por su etapa de presidente del gobierno, y que respondía riendo: –¿Yo, Presidente del gobierno? Está bromeando, ¿verdad? Jejejeje–y se moría de la risa.
¿Quién puede subir a su Presencia?
El poderoso, el rico, el exitoso, el…
¿Sabes quién?
El de manos inocentes y puro corazón.
Conserva tus manos limpias y el corazón puro, el Rey Creador del Universo, el Señor de cielo y tierra abre las puertas para que entres a su Presencia.
Disfruta este hermoso canto de alabanza.
Que Dios te dé abundancia de paz y prosperidad
Jaculatoria: El de manos inocentes y puro corazón.
Lo puedes escuchar lo puedes leer:
Salmo 23
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe, y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.
-¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
-El hombre de manos inocentes,
y puro corazón,
que no confía en los ídolos
ni jura contra el prójimo en falso.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
-Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
-¿Quién es ese Rey de la gloria?
-El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra.
¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria.
-¿Quién es ese Rey de la gloria?
-El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria.
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