Cerro Tronador, Bariloche, imagen de Carlos Nava

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría».
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La vida te enseña es Maestra.
Pero el Maestro que guía, que ilumina los caminos está dentro de ti.Es el que te muestra los caminos. El Espíritu es el Maestro de la nueva Sabiduría.
Decía Pablo de Tarso a los de Éfeso, quiera Dios concedernos el don de sabiduría y de revelación….
Hermoso el salmo de hoy.
Decreto: Mis ojos están fijos en el Señor.
O también: Indícame, Señor, tus caminos, enséñame tus sendas.
Buen Camino, bendiciones, nos vemos mañana.
Este bien podría ser el Salmo de los peregrinos del Camino de Santiago,
Escúchalo:

Salmo 24

A ti, Señor Dios mío, elevo mi alma:
en ti confío, no quede defraudado,
ni se rían de mí mis enemigos.

Los que esperan en ti no queden defraudados;
queden defraudados
los que traicionan por nada.

Señor, indícame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.

Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas,
no recuerdes mis pecados juveniles,
y mis culpas;
acuérdate de mí según tu
amor por tu bondad, Señor.

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.

Las sendas del Señor son amor y fidelidad
para los que guardan
los preceptos de su alianza.
Por tu Nombre, Señor,
perdona mi gran iniquidad.

¿Hay alguien que respete al Señor?
Él le indicará el camino que ha de elegir:
La felicidad será su morada
y su descendencia poseerá la tierra.

El Señor se confía con sus fieles
y les da a conocer su alianza.
Mis ojos están fijos en el Señor,
que él sacará mis pies de la red.

Vuélvete a mí y ten piedad,
que estoy solo y afligido.
Alivia las angustias de mi corazón
y sácame de mis congojas.

Mira mi aflicción y mi fatiga
y perdona todos mis pecados;
mira cuántos son mis enemigos
cuán violento el odio que me tienen.

Protege mi vida y líbrame,
no me avergüence
de haberme acogido a ti.

La rectitud y la honradez me custodiarán
porque espero en ti.
¡Salva, oh Dios, a Israel
de todos sus angustias!

¡Siempre hacia delante! Camino de Santiago

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