San Agustín comentaba: “Una flor sobre la tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios”.
Te propongo tres días de oración por los difuntos, puedes empezar el 31 y terminar el propio día de los difuntos, el 2 de noviembre. Puedes empezar el 2 de noviembre y terminar el 4 o cualquier otro día.
HOY PUEDES REZAR EL SALMO 27 (26) que está a continuación…
Día primero: Por todos los seres difuntos de los que nadie se acuerda, por no tener familiares ni amigos.
Día Segundo: Por todos los seres difuntos amigos, vecinos, conocidos…
Día Tercero: Por los seres queridos, familiares, amigos cercanos
Cada uno de los días puedes hacer lo siguiente:
- Leer este párrafo del libro de Tobías.
Del libro de Tobías 12, 11-17: Voy a decirles toda la verdad, sin ocultarles nada. Ya les dije que es bueno mantener oculto el secreto del rey y revelar dignamente las obras de Dios.
Cuando tú y Sara hacían oración, era yo el que presentaba el memorial de sus peticiones delante de la gloria del Señor; y lo mismo cuando tú enterrabas a los muertos.
Cuando no dudabas en levantarte de la mesa, dejando la comida para ir a sepultar un cadáver, yo fui enviado para ponerte a prueba.
Pero Dios también me envió para curarte a ti y a tu nuera Sara.
Yo soy Rafael, uno de lo siete ángeles que están delante de la gloria del Señor y tienen acceso a su presencia”.
Los dos quedaron desconcertados y cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Pero él les dijo: “No teman, la paz esté con ustedes. Bendigan a Dios eternamente.
Cuando yo estaba con ustedes, no era por mi propia iniciativa, sino por voluntad de Dios. Es a él al que deben bendecir y cantar todos los días.
- Recitar estas oraciones
Oración: Arcángel Rafael, que presentabas ante Dios las oraciones y las obras de caridad que Tobit hacía por los difuntos, y, que al mismo tiempo acompañaste en su viaje al joven Tobías, escucha la oración que te presentamos por (nombres de los difuntos). Y lleva ante Dios Padre-Madre la memoria que te presentamos. Que tus santos ángeles los acompañen en este viaje hacia la plenitud y hacia el encuentro definitivo con las personas que les esperan; libéralos de todos los peligros, de todo lo que les impida llegar a su lugar definitivo; sin miedo y en paz. Amén.
Padre nuestro…
Día 1 SALMO 27 (26 I)
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?,
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?,
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca.
Día 2 SALMO 42 (41)
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y desahogo mi alma conmigo:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: «Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando, sombrío,
hostigado por mi enemigo?»
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».
Día 3 Salmo 23 (22)
El Señor es mi pastor nada me falta
En verdes praderas me hace reposar,
me conduce a fuentes tranquilas
y recrea mis fuerzas.
Me guía el sendero adecuado
haciendo gala su oficio.
Aunque camine por lúgubres cañadas,
ningún mal temeré, porque tú vas conmigo;
tu vara y tu bastón me defienden.
Preparas ante mí una mesa
en presencia de mis enemigos;
me unges con perfume la cabeza,
y mi copa rebosa.
¡La bondad y el amor me escoltan
todos los días de mi vida!
Y habitaré en la casa del Señor
a lo largo de mis días.
***
Oración para repetir durante el día de forma constante:
Dios Padre-Madre recibe a (nombres de las personas por las que oras ….) que están acompañados de los siete arcángeles y de sus ángeles de la guarda .
Puedes terminar con esta expresión común en la tradición:
Dales, Señor, el descanso eterno. Y brille para ellos la luz eterna.
Que las almas de todos los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
Fuente:
http://gumersindomeirino.com/oraciones/tres-dias-de-oracion-por-los-difuntos.html,
Esta oración está tomada del libro de G. MEIRINO FERNANDEZ, LLamando a las puertas del cielo. Libro de oraciones, 2 ed., ISBN 978-987-1621-14-9