
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados.
+++
Seguimos con el salmo veintisiete, veintiséis. Es fuerte y poderoso.
Conmueve la propuesta del salmista, entre muchas afirmaciones maravillosas, cuando recuerda; aunque tu padre y tu madre te abandonen, Dios te recogerá…;
o esta otra afirmación: «Señor, enséñame tu camino».
Hasta mañana. Bendiciones.
Léelo o escúchalo:
Salmo 26 B
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
***
¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete
También te puede interesar,
Gracias Gumer. Hermoso. No importa quien nos abandone. Nuestro Creador nos recogerá siempre-infinitamente.
Sí, es verdad, estoy de acuerdo, muchos han salido renovados después de recitar conscientemente las poderosas palabras de este salmo.
Muy bonito y de gran ayuda espiritual. Gracias.