Colibrí, imagen de Adriana Avico

En aquel tiempo venían a Jesús, a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y toda la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos
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En la lucha de la maldad y la bondad, te propongo que tengas en cuenta lo siguiente: una cosas son los deseos y otra muy distinta los medios que pones para conseguirlos. Algunos dicen que sus deseos más profundos son «tener paz».
Pues bien, el salmo responde a esos deseos diciendo: Observa al honrado, fíjate en el bueno: su porvenir es la paz.
Mantra: Confía en el Señor y sigue su camino.
Hasta mañana, paz y bien. 

Salmo 36 C

La boca del justo expone la sabiduría,
su lengua explica el derecho;
porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
y sus pasos no vacilan.

El malvado espía al justo
e intenta darle muerte;
pero el Señor no lo entrega en sus manos,
no deja que lo condenen en el juicio.

Confía en el Señor, sigue su camino;
él te levantará a poseer la tierra,
y verás la expulsión de los malvados.

Vi a un malvado que se jactaba,
que prosperaba como un cedro frondoso;
volví a pasar, y ya no estaba;
lo busqué, y no lo encontré.

Observa al honrado, fíjate en el bueno:
su porvenir es la paz;
los impíos serán totalmente aniquilados,
el porvenir de los malvados quedará truncado.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva,
porque se acogen a él.

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