
El dolor y el sufrimiento de la ausencia que padece el pueblo lejos de su tierra son entregados en manos de Dios. Y, el salmista, desde el exilio le pide que responda, que haga justicia que envíe su «luz y su verdad». Con esa confianza empieza ya a divisar el monte Sión, la morada de Dios , la vuelta a casa…y suena en su corazón una llamada a la esperanza y a la alegría.
Jaculatoria- Mantra- Decreto: «Envía tu luz y tu verdad, que ellas me guíen«.
Hoy, fiesta de una mujer única, la mística, profetisa y visionaria alemana Hildegarda Von Bingen…, Seguir leyendo o también puedes hacer clik aquí.
Hasta mañana, bendiciones.
Salmo 42
Hazme justicia, oh Dios, defiende mi causa
contra gente sin piedad,
sálvame del hombre traidor y malvado.
Tú eres mi Dios y protector,
¿por qué me rechazas?,
¿por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío».