
Entonces Jesús les dijo a sus discípulos:»El Hijo del hombre no ha venido a ser servido sino a servir y a dar su vida en rescate por muchos»
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El sufrimiento, la desesperación, la angustia…, son situaciones por las que pasan (pasamos) los seres humanos. Con el salmista sabemos, en lo más profundo de nuestro ser, que «Dios se levantará» y estas no tendrán la última palabra. La última palabra es la Misericordia. Su Misericordia será la última palabra.
Puedes repetir este decreto, del salmo: “¡Levántate! Sé nuestra ayuda, y redímenos por amor de tu misericordia«.
Hasta mañana, paz y bien.
Léelo- Escúchalo:
Salmo 43 B
Ahora,
Sin embargo, tú nos has rechazado
y nos has confundido,
y no sales con nuestros ejércitos.
Nos haces retroceder ante el adversario,
y los que nos aborrecen tomaron botín para sí.
Nos entregas como ovejas para ser devorados,
y nos has esparcido entre las naciones.
Vendes a tu pueblo a bajo precio,
y no te has beneficiado con su venta
Nos haces el oprobio de nuestros vecinos,
escarnio y burla de los que nos rodean.
Nos pones por proverbio entre las naciones,
causa de risa entre los pueblos.
Todo el día mi ignominia está delante de mí,
y la vergüenza de mi rostro me ha abrumado,
por la voz del que me reprocha
y vitupera, por la presencia del enemigo y del vengativo.
Todo esto nos ha sobrevenido,
pero no nos hemos olvidado de ti,
ni hemos faltado a tu pacto.
No se ha vuelto atrás nuestro corazón,
ni se han desviado nuestros pasos de tu senda;
sin embargo, nos has quebrantado en la región de los chacales,
y nos has cubierto con la sombra de la muerte.
Si nos hubiéramos olvidado del nombre de nuestro Dios,
o extendido nuestras manos a un dios extraño,
¿no se habría dado cuenta Dios de esto?
Pues El conoce los secretos del corazón.
Pero por causa tuya nos matan cada día;
se nos considera como ovejas para el matadero.
¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor?
¡Levántate! No nos rechaces para siempre.
¿Por qué escondes tu rostro
y te olvidas de nuestra aflicción y de nuestra opresión?
Porque nuestra alma se ha hundido en el polvo;
nuestro cuerpo está pegado a la tierra.
¡Levántate! Sé nuestra ayuda,
y redímenos por amor de tu misericordia.
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Rafa; ¡qué alegría, me alegra mucho que se haya cumplido tu objetivo! Paz y bien, que sigan llegando bendiciones a tu vida.
Saludos.
Gracias por sus oraciones.
Un abrazo.
Dios los bendice siempre, no lo olviden.