«Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis.»
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Se celebra hoy una de las fiestas más populares de la cultura occidental cristiana (hasta dar nombre a la capital de Paraguay por ejemplo). María, la madre de Jesús, es como la «discípula predilecta» de Jesús que nos va mostrando el Camino. Cuando uno sigue el Camino escrito para él, «desde toda la eternidad», –como hizo María– la Alegría, la Algazara, la Fiesta no para. Todo ello simbolizado por la belleza, las joyas…, como manifiesta el Salmo.
La fiesta de hoy resalta que el cuerpo y el alma de María, madre de Jesús, tras terminar sus días en la tierra es acompañada por los ángeles de Luz en su recorrido de la tierra al Cielo (así le decimos los católicos al lugar que van los seres de luz después de pasar por la tierra).
Recordamos también a las que llevan el nombre de Asunción y de María. Que cada una de ellas sea bendecida en su tránsito por el planeta tierra.
Mantra para hoy: «Ya entra la princesa bellísima«.
Feliz día, bendiciones, paz y bien
Léelo- escúchalo:
Salmo 44 B
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
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