Amanece, río Uruguay, el sol saliendo desde Brasil. Imagen de archivo deoao.org

Jesús Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!» El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?» Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
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Dios habita en Sión. La creación entera, la tierra, el mar… puede retornar al caos primordial. Pero la  sola presencia de Dios en la Creación, la presencia del «Dios con nosotros» es suficiente para que la existencia esté a salvo en el único Refugio y en la única Fortaleza  segura: Dios.
Nuestra certeza está firme no en el Creación de Dios, sino en el Dios de la Creación.
Decreto: Por eso no tememos aunque tiemble la tierra.
o también:
Venid a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra.
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Te invito a hacer este ejercicio: contempla, mira la foto que acompaña a este salmo, en silencio, durante unos 3 minutos. Y después escribe lo que sientes…, también lo puedes hacer mirando una flor, una hoja, un pájaro, el correr del río…, y luego escribe en un cuaderno qué sientes…, 

Escúchalo- Léelo:

Hasta mañana Bendiciones.

Salmo 45
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza

Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.

Que hiervan y brame sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
el Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios lo socorre al despuntar la aurora.

Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.

«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos,
más alto que la tierra».
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.

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