Los apóstoles le pidieron a Jesús: «Auméntanos la fe.» Jesús les contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: «Arráncate de raíz y plántate en el mar.» Y os obedecería.»
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¡Venid a ver las obras de Dios! El ser humano pasa por el planeta tierra, a veces, tan distraído que le pasan las maravillas más grandes por delante de su nariz, y no las ve…
Por eso hoy toca levantar la vista y ver las maravillas que te rodean. El otro día después de un campamento de cinco días sin poder bañarse, me decía un joven, «no sabe cómo disfruté esta ducha, y lo tonto que me sentí, el no haber disfrutado las otras veces que me duché, es una gozada meterse bajo el agua y sentir su peso….».
Mira, las maravillas, las tienes delante….
Hasta mañana. Paz y bien
SALMO 46-45
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno, y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra».
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.