
El salmista pide auxilio en un ambiente en que entran en juego tres personajes: 1. los enemigos- 2. Dios- 3. el que es fiel.
Los enemigos arrogantes y violentos, hasta pedir la muerte, no tienen presente a Dios.
El fiel acude a Dios y se ve liberado de los malignos y, a su vez, ofrece gustoso un sacrificio de agradecimiento a Dios.
La bondad siempre será más fuerte que la maldad…, y más discreta.
Jaculatoria: Dios es mi auxilio, Adonai (el Señor) sostiene mi vida.
Lee escucha:
Salmo 53
Petición de auxilio
Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras;
porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios.
Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.
Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno;
porque me libraste del peligro,
y he visto la derrota de mis enemigos.
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