Alto do Cebreiro, imagen de Francisco X. Castro Miramontes

El salmista pide auxilio en un ambiente en que entran en juego tres personajes: 1. los enemigos- 2. Dios- 3. el que es fiel.
Los enemigos arrogantes y violentos, hasta pedir la muerte, no tienen presente a Dios.
El fiel acude a Dios y se ve liberado de los malignos y, a su vez, ofrece gustoso un sacrificio de agradecimiento  a Dios.
La bondad siempre será más fuerte que la maldad…, y más discreta.
Jaculatoria: Dios es mi auxilio, Adonai (el Señor) sostiene mi vida.

Lee escucha:

Salmo 53
Petición de auxilio

Oh Dios, sálvame por tu nombre,
sal por mí con tu poder.
Oh Dios, escucha mi súplica,
atiende a mis palabras;

porque unos insolentes se alzan contra mí,
y hombres violentos me persiguen a muerte,
sin tener presente a Dios.

Pero Dios es mi auxilio,
el Señor sostiene mi vida.

Te ofreceré un sacrificio voluntario,
dando gracias a tu nombre, que es bueno;
porque me libraste del peligro,
y he visto la derrota de mis enemigos.

***

¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!

También te puede interesar,

Dos formas de andar por la vida

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *