Río Oseira, Galicia, imagen de Susi García Albuerne

En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos: Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres: se derrama el vino y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan»
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Seguimos en un contexto parecido al de ayer. Ante los que odian y llevan la maldad en el corazón, ¿qué hacer?.
No los enfrentes, no los provoques, no les tires piedras, no te pares a escuchar a los perros que ladran y que les cae la baba….,  refúgiate, entra en el alcázar de tu intimidad. Como dice Jesús, “No les deis margaritas a los cerdos” (Mt. 7,6).
Puedes decir esta jaculatoria: “Dios es mi alcázar en Él me refugio”.

Hasta mañana, feliz día. Paz y bien, bendiciones.
Escúchalo:

Salmo 58

Oración pidiendo la protección de Dios contra los enemigos 

Líbrame de mi enemigo, Dios mío;
protégeme de mis agresores,
líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios.

Mira que me están acechando,
y me acosan los poderosos:
sin que yo haya pecado ni faltado, Adonai-Señor,
sin culpa mía, avanzan para acometerme.

Despierta, ven a mi encuentro, mira:
tú, el Adonai-Señor de los ejércitos,
el Dios de Israel.

Estoy velando contigo, fuerza mía,
porque tú, ¡Oh Dios!, eres mi alcázar.

Que tu favor se adelante, ¡oh Dios!,
y me haga ver la derrota del enemigo.

Pero yo cantaré tu fuerza,
por la mañana aclamaré tu misericordia;
porque has sido mi alcázar
y mi refugio en el peligro.

Y tocaré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, ¡oh Dios!, eres mi alcázar.

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