
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con vosotros!».
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Francisco de Sales escribe: Señor Jesucristo, haz que nosotros no formemos más «que un solo corazón y una sola alma» (Hch 4,32), porque sólo así habrá «una gran calma» (Mc 4,39). Queridos oyentes, os exhorto a la amistad y a la benevolencia entre vosotros, y la paz entre todos; porque si tenemos caridad entre nosotros, tendremos la paz y el Espíritu Santo.
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Jesús caminando con la mano bendiciendo, en medio ellos y diciendo: La Paz con vosotros. Y ahí está…, la Misericordia en movimiento.
Qué decir hoy, -sabiendo que Dios escucha-, sino esto: ¡Jesús en ti confío!
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Aunque Faustina recomendaba empezar el Viernes Santo, hoy es un buen día para empezar la NOVENA A JESÚS DE LA MISERICORDIA, sino la empezaste ese día.
NOVENA a JESÚS DE LA MISERICORDIA, según escribió Faustina en su diario: El Señor me pidió que rezara este rosario (la coronilla) durante los nueve días (…) Entonces, me dijo: Por esta novena concederé todas las gracias posibles a las almas (11, 197). Para hacer la novena
El Salmo de hoy nos ayuda a entender la fuerza de la misericordia de Dios. El malvado, el enemigo, ante el poder de Dios se dispersa y huye, se disipa como humo y se derrite como cera.
El justo se alegra ante la intervención de Dios en la historia, en el éxodo.
Ante El, la tierra se estremece, libera a los prisioneros y al pobre, prepara una nueva tierra…
Dios, el verdadero Dios, rezuma siempre abundancia…, y Vida
Jaculatoria: Derramaste en tu heredad, ¡oh Dios!, una lluvia copiosa.
¿Es esta lluvia copiosa la Misericordia? Paz y Alegría, hasta mañana.
Salmo 67 A
Se levanta Dios y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;
como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios.
En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.
Cantad a Dios, tocad en su honor,
alfombrad el camino del que avanza por el desierto;
su nombre es el Señor:
alegraos en su presencia.
Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.
Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece;
sólo los rebeldes
se quedan en la tierra abrasada.
¡Oh Dios!, cuando salías al frente de tu pueblo
y avanzabas por el desierto,
la tierra tembló, el cielo destiló
ante Dios, el Dios del Sinaí;
ante Dios, el Dios de Israel.
Derramaste en tu heredad, ¡oh Dios!, una lluvia copiosa,
aliviaste la tierra extenuada;
y tu rebaño habitó en la tierra
que tu bondad, ¡oh Dios!, preparó para los pobres.
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