Desde Colonia Unión, Ctes Argentina, imagen de Alberto Rotchyn

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «(…) ¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
+++
En esta primera parte del salmo el justo se alegra por el poder divino y su majestad. Y ante el poder de Dios que va abriendo los caminos el pueblo que camina por el desierto se prepara para la entrada en la tierra prometida. Dios, para ello, derrama la lluvia generosa (nunca mejor dicho ahora mismo desde donde se escribe este comentario hacía meses que no caía una gota de agua).
La preparación es importante para luego recoger los frutos. No se puede cosechar lo que  no se siembra primero. Algunos quieren recoger frutos de árboles que nunca plantaron.
Ergo, la conclusión es clara:Siembra buena semilla.  Lo que quieres recoger en la época de cosecha, no te olvides de sembrarlo a manos llenas cada día.
Puedes repetir este mantra: «Derramaste en tu heredad, ¡oh Dios!, una lluvia copiosa«.
Hasta mañana paz y bien.

Salmo 67 A

Se levanta Dios y se dispersan sus enemigos,
huyen de su presencia los que lo odian;

como el humo se disipa, se disipan ellos;
como se derrite la cera ante el fuego,
así perecen los impíos ante Dios.

En cambio, los justos se alegran,
gozan en la presencia de Dios,
rebosando de alegría.

Cantad a Dios, tocad en su honor,
alfombrad el camino del que avanza por el desierto;
su nombre es el Señor:
alegraos en su presencia.

Padre de huérfanos, protector de viudas,
Dios vive en su santa morada.

Dios prepara casa a los desvalidos,
libera a los cautivos y los enriquece;
sólo los rebeldes
se quedan en la tierra abrasada.

¡Oh Dios!, cuando salías al frente de tu pueblo
y avanzabas por el desierto,
la tierra tembló, el cielo destiló
ante Dios, el Dios del Sinaí;
ante Dios, el Dios de Israel.

Derramaste en tu heredad, ¡oh Dios!, una lluvia copiosa,
aliviaste la tierra extenuada;
y tu rebaño habitó en la tierra
que tu bondad, ¡oh Dios!, preparó para los pobres.

***

¿Ya conoces nuestro canal de YouTube? ¡Suscríbete!

También te puede interesar,

¿Qué es el alma?

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *