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La justicia humana siempre deja huecos, imprecisiones, discusiones. La justicia divina es diferente, no se equivoca. Llega en el momento justo y da a cada uno lo suyo. El salmo hoy es la respuesta del que meditamos ayer. No se preocupen del malvado, no pierdan el tiempo con él, porque la justicia divina llegará a su tiempo
¿Cuándo?- se preguntan algunos- pues, en el momento justo.
Puedes repetir esta jaculatoria-mantra: «Te damos gracias, oh Dios, por tu justicia». Bendiciones, hasta mañana.
Hoy celebramos la fiesta de una persona con muchas huellas en la historia de Occidente, S. Martín de Tours, haz clic aquí
Salmo 74
Te damos gracias, ¡oh Dios!, te damos gracias,
invocando tu nombre, pregonando tus maravillas.
«Cuando elija la ocasión, yo juzgaré rectamente.
Aunque tiemble la tierra con sus habitantes,
yo he afianzado sus columnas.»
Digo a los jactanciosos: no os jactéis;
a los malvados: no alcéis la testuz,
no alcéis la testuz contra el cielo,
no digáis insolencias contra la Roca.
La justicia no vendrá ni del oriente ni del occidente,
ni del desierto ni de los montes,
sólo Dios gobierna: a uno humilla, a otro ensalza.
El Señor tiene una copa en la mano,
un vaso lleno de vino drogado:
lo da a beber hasta las heces
a todos los malvados de la tierra.
Y yo siempre proclamaré su grandeza,
y tañeré para el Dios de Jacob:
derribaré el poder de los malvados,
y se alzará el poder del justo.
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