Foto Diego Pantaleón
Esquí en Las Leñas – Mendoza Argentina, imagen de Diego Pantaleón

Jesús le contestó a la samaritana: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna».
Lo adulaban con la boca…., su corazón no fue leal
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En la historia del pueblo de Israel con Yavé- Dios, se van aprendiendo poco a poco, paso a paso. La memoria no es para añorar el pasado, la memoria es para no repetir una y otra vez los mismos errores.

¿Por qué dirá el refranero popular que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra? ¿Por qué?

Esa historia mística, –la del pueblo con Jhavé-Dios– es la historia de la humanidad, también la tuya. Si alguna vez viene o traes a tu memoria el pasado, que sea para aprender y para darte cuenta que de la mano de Dios,  de la Vida, hasta de las peñas y rocas salen «raudales de agua».

Jaculatoria: Les dio a beber raudales de agua.

Hoy es el día del Trabajo.

Escúchalo:
 

Salmo 77 A

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza,
inclina el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado.
Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
no lo ocultaremos a sus hijos,
lo contaremos a la futura generación:

Las alabanzas del Señor, su poder,
las maravillas que realizó;
porque él estableció una norma para Jacob,
dio una ley a Israel.

El mandó a nuestros padres que lo enseñaran a sus hijos,
para que lo supiera la generación siguiente;
los hijos que nacieran después.

Que surjan y lo cuenten a sus hijos,
para que pongan en Dios su confianza
y no olviden las acciones de Dios, s
ino que guarden sus mandamientos;

para que no imiten a sus padres,
generación rebelde y pertinaz;
generación de corazón inconstante,
de espíritu infiel a Dios.

Los arqueros de la tribu de Efraím
volvieron la espalda en la batalla;
no guardaron la alianza de Dios,
se negaron a seguir su ley,

echando en olvido sus acciones,
las maravillas que les había mostrado,
cuando hizo portentos a vista de sus padres,
en el país de Egipto, en el campo de Soán:

hendió el mar para abrirles paso,
sujetando las aguas como muros;
los guiaba de día con una nube,
de noche con el resplandor del fuego;

hendió la roca en el desierto,
y les dio a beber raudales de agua;
sacó arroyos de la peña,
hizo correr las aguas como ríos.

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