Almodóvar Ciudad Real, imagen de Susi García Albuerne

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».
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Cuando todo se mira desde lo material y para lo material, cuando solo existe lo físico…, a la larga, todo pierde sentido, todo acaba con la muerte. Tantas son las invocaciones del moribundo del salmo a Dios: pide auxilio, clama, invoca día y noche …, Dios parece que no le contesta, que no escucha…, la salida de los pozos de la tristeza y la muerte lleva su tiempo. Con el alba, como dice el salmista, parece que llega alguna respuesta.
Puedes repetir esta jaculatoria, tomada del salmo de hoy: «Oh Dios, con el alba irá a tu encuentro mi súplica«.
Hasta mañana. Paz y bien.

Salmo 87

Señor, Dios mío, de día te pido auxilio,
de noche grito en tu presencia;
llegue hasta ti mi súplica,
inclina tu oído a mi clamor.

Porque mi alma está colmada de desdichas,
y mi vida está al borde del abismo;
ya me cuentan con los que bajan a la fosa,
soy como un inválido.

Tengo mi cama entre los muertos,
como los caídos que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya no guardas memoria,
porque fueron arrancados de tu mano.

Me has colocado en lo hondo de la fosa,
en las tinieblas del fondo; tu cólera pesa sobre mí,
me echas encima todas tus olas.

Has alejado de mí a mis conocidos,
me has hecho repugnante para ellos:
encerrado, no puedo salir,
y los ojos se me nublan de pesar.

Todo el día te estoy invocando,
tendiendo las manos hacia ti.
¿Harás tú maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las sombras para darte gracias?

¿Se anuncia en el sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en el reino de la muerte?
¿Se conocen tus maravillas en la tiniebla
o tu justicia en el país del olvido?

Pero yo te pido auxilio,
por la mañana irá a tu encuentro mi súplica
¿Por qué, Señor, me rechazas y me escondes tu rostro?

Desde niño fui desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu incendio,
tus espantos me han consumido:

me rodean como las aguas todo el día,
me envuelven todos a una;
alejaste de mí amigos y compañeros:
mi compañía son las tinieblas.

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