En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho». Le contestó: –«Voy yo a curarlo». Pero el centurión le replicó: –«Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano.
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Seguimos con el relato de la Alianza de Dios con su pueblo. Hoy vemos la respuesta del pueblo: la infidelidad. Entonces parece que Dios se enoja. Y ellos aceptan ese enojo, como parte de la prueba. Mañana veremos cuál es la respuesta de Jhavé a este pueblo infiel, rebelde y que ahora atraviesa por una dura prueba de fuego.
Afirmación: «A él le has embotado la espada».
Paz y Alegría, hasta mañana
Salmo 88 D
Tú encolerizado con tu Ungido, lo has rechazado y desechado; has roto la alianza con tu siervo y has profanado hasta el suelo su corona;
has derribado sus murallas y derrocado sus fortalezas; todo viandante lo saquea, y es la burla de sus vecinos;
has sometido la diestra de sus enemigos y has dado el triunfo a sus adversarios; pero a él le has embotado la espada y no lo has confortado en la pelea;
has quebrado su cetro glorioso y has derribado su trono; has acortado los días de su juventud y lo has cubierto de ignominia.
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