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Deja tus cargas, deja tus agobios, deja tus pesos, tus tristezas, tus miedos, tus inseguridades, tus fantasías, tus ansiedades, tus angustias,…., todo lo que hace que no avances y te impide que fluyas por el planeta alegre y feliz….
No lo olvides, caminante, bajo las alas del amor de Dios, canta y camina.
No lo dudes, peregrino, nadie podrá parar tus pies, porque delante de ti abren los senderos los ángeles de la luz.
Afirmación: Con él estaré en la tribulación.
La bendición de Dios Padre y Madre, en la unidad del Espíritu Santo para ti y tu familia
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del del Omnipotente,
di al Señor: ‘Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.’
Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás;
su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.
Tan sólo abre tus ojos
y verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;
te llevarán en su palma,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré;
lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación. »